La pregunta se planteaba desde antes del Covid-19: ¿Pueden eliminarse los virus y las bacterias mediante la exposición a radiación ultravioleta UV-C? Las evidencias científicas son muy claras: Sí, se puede. Sin embargo, los estudios indicando los riesgos para la salud que supone la radiación UV germicida (GUV) son igual de rotundos. Un documento de posición de la Comisión Internacional de la Iluminación (CIE) expone el estado actual de las investigaciones, señalando los escenarios de aplicación y los riesgos, y en particular aconseja no utilizar dispositivos de UV-C que expongan a las personas directamente a la radiación. Como líder del mercado de iluminación técnica alemán, TRILUX no ofrece actualmente dispositivos UV-C germicidas, pero está considerando el desarrollo de dispositivos de purificación del aire destinados, por ejemplo, a sistemas de aire acondicionado en hospitales, escuelas u oficinas.

El sol no sólo emite radiación en el rango visible, es decir, con una longitud de onda entre 400 y 780 nanómetros, sino también en el espectro ultravioleta (UV), entre 100 y 400 nm. Aunque la radiación UV no es visible para el ojo humano, es responsable de una amplia variedad efectos, que van desde el bronceado de la piel y la producción de vitamina D, hasta aspectos perjudiciales como quemaduras, cáncer de piel o daños en la retina. Según la longitud de onda y el efecto fisiológico, se distingue entre UV-A (400 - 315 nm), UV-B (315 - 218 nm) y UV-C (280 - 100 nm). Cuanto más corta es la longitud de onda, más altos son los niveles de energía. Por lo tanto, la UV-C es la radiación ultravioleta más potente, pero eso no es lo único que la hace efectiva. En condiciones naturales, la atmósfera filtra la radiación UV-C, mientras que los rayos UV-A y UV-B de onda más larga pueden atravesarla. El problema es que, a través de la exposición natural a la radiación UV-A y UV-B, los seres humanos y la naturaleza han evolucionado para desarrollar mecanismos de protección contra los daños causados por estos rangos. Debido a la "falta de exposición", todavía no ha existen mecanismos apropiados contra la radiación UV-C. Este hecho que ayuda en la desinfección, pero requiere precauciones especiales con respecto a la salud humana.

UV-C: letal, utilizar con cuidado

El efecto esterilizador de la radiación UV-C está bien documentado en la literatura científica. Debido a la pandemia del coronavirus, la oferta y la demanda han aumentado considerablemente en este ámbito. El documento de posición de la CIE subraya la eficacia de la desinfección profesional por UV-C, que ha sido utilizada con éxito desde hace más de 70 años, por ejemplo, para la higienización del agua o en los sistemas de ventilación. Al mismo tiempo, la CIE advierte contra el uso de dispositivos de desinfección por UV sin indicación médica en las manos u otras zonas de la piel, y señala explícitamente los riesgos para la salud. Las soluciones UV-C recomendadas deben cumplir las normas de seguridad más estrictas y respetar los niveles de exposición exigidos legalmente (ICNRIP - Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones No Ionizantes). A pesar de la alta demanda actual, o precisamente debido a ella, los sistemas de desinfección UV-C suponen un mercado interesante para TRILUX. "Con nuestros conocimientos técnicos y de diseño, se pueden desarrollar sin problemas soluciones de alta calidad y seguridad. Actualmente estamos evaluando en qué medida tiene sentido ampliar nuestra gama de productos con soluciones UV-C", explica el Dr. Sebastian Knoche, director de investigación del Centro de Innovación de TRILUX.